6 mitos sobre la eyaculación femenina
De la eyaculación femenina se ha empezado a hablar más o menos abiertamente desde no hace mucho. Impulsada, como siempre, por una moda sexual proviniente de las películas pornográficas, la eyaculación femenina ha tomado un papel protagonista en muchas fantasías eróticas como sinónimo de «orgasmo bestial».
Pero hay muchos mitos alrededor de este hecho que, algunas mujeres (que no se dedican al porno) viven como bastante traumático y es importante que se empiece a hablar de esto con propiedad y de una manera clara y concisa.
1. La eyaculación femenina es una moda reciente
Aunque, como he comentado antes, se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos gracias a las películas pornográficas que utilizan este recurso para evidenciar aún más el placer femenino, la historia de la eyaculación femenina se remonta a siglos atrás.
Parece que existen menciones a la eyaculación femenina ya en el KamaSutra original, escrito en el siglo I. Aunque los investigadores e historiadores no acaban de ponerse del todo de acuerdo sobre esta mención, sí que es cierto que el KamaSutra original habla sobre el «semen femenino», una sustancia liberada por la mujer durante el acto sexual.
Aunque no ha sido un tema demasiado popular, en el sentido de que no se ha hablado demasiado sobre él, las investigaciones y la curiosidad científica por esta «agua de pasión», como la llamaban en un manuscrito indio del siglo XVI, no han dejado de estar presentes en la literatura científica.
Ya a finales del siglo XIX, de la mano de Richard von Krafft-Ebing se calificó este hecho de la eyaculación femenina como una disfunción sexual (no fuera caso que no tuvieramos más taritas), tal y como queda reflejado en su libro Psycopathia Sexualis. Freud (seguimos para bingo), con su «caso Dora» (Análisis Fragmentaria de un Caso de Histeria. Caso Dora) identificó la eyaculación femenina como un síntoma más de histeria (claro que sí), reafirmando de esta manera la condición de disfunción sexual de la eyaculación femenina.
2. Todas las vaginas pueden eyacular
Históricamente se ha pasado por diversos puntos sobre el tema: primero se dijo, como hemos visto antes, que la eyaculación femenina era un problema. Luego se silenció su existencia. Después el porno nos la puso delante y empezaron a surgir gurús y coachs sexuales de debajo de las piedras que aseguraban que todas las mujeres tenían ese «don», ese «poder», esa «magia», y ahí que se pusieron a hacer cursos para conseguirlo, haciendo que muchas mujeres se sintieran mal por no poder llegar a tenerlo.
En los últimos años las voces más importantes de la sexología han empezado a trabajar con este tema y aseguran que no. Que no todas las vaginas pueden eyacular.
Es verdad que parece ser que estimulando el famoso PuntoG (que también está en entredicho, pero esto es otro tema) y si la mujer está muy excitada, y lleva mucho rato excitada y se hace coincidir la estimulación del punto con el orgasmo, puede ser que aparezca la eyaculación.
Pero… a parte de por la gracia de conseguirlo, en realidad esto no va a darte más placer.
3. Cuando hay eyaculación femenina, sale a chorro
Este mito, muy común a causa de las escenas pornográficas, es completamente falso. En algunas mujeres sí que se puede dar este tipo de eyaculación, a la que se la llama «squirting», en la que el líquido es expulsado con relativa fuerza y casi como una eyaculación de pene.
Pero en la mayoría de las mujeres la eyaculación femenina tiene lugar de una manera mucho más discreta. En realidad todo depende del volumen de líquido que sea capaz de producir en estas circunstancias el cuerpo de la mujer, y de la tonicidad de su musculatura de suelo pélvico.
Hay muchas mujeres para las que la única manera de saber si han eyaculado o no es viendo las sábanas después de la relación sexual y dándose cuenta de si las han dejado más o menos mojadas.
4. La eyaculación femenina es básicamente orina
Esto se ha creído durante muchos años, hasta que se empezaron a hacer estudios y analíticas de los fluidos y se vio que, en realidad, los que provenian de la eyaculación femenina no contenían urea o, si la contenían, era muy poca, por lo que se llegó a la conclusión de que no era orina sinó un fluido excretado por las glándulas de Skene (también llamadas próstata femenina), unas glándulas situadas justo al lado de la uretra.
No obstante, los últimos estudios hablan de dos tipos diferentes de eyaculación femenina, una que es segregada por las glándulas anteriormente mencionadas y que se caracteriza por ser una sustancia blancuzca o translúcida y tener un volumen más o menos abudante y la otra, que es lo que llamamos «squirting» y que está compuesta básicamente por un líquido muy similar a la orina y que proviene de la vejiga, pero que no huele ni tiene color de orina.
Este fenómeno en el que se expulsa líquido proviniente de la vejiga está producido eminentemente por la relajación y las contracciones orgásmicas que se producen en la zona.
5. La eyaculación femenina tiene que ver con la incontinencia urinaria
Son muchas las mujeres que, cuando experimentan una eyaculación especialmente abundante, sobretodo las primeras veces, creen que lo que les pasa es que se les ha escapado la orina. Este pensamiento provoca en la gran mayoría de ellas un sentimiento de vergüenza más o menos acusado que puede acabar derivando en un rechazo a las relaciones sexuales por miedo a lo que podría decir la pareja.
Que haya esta eyaculación no tiene que ver con la incontinencia urinaria, en realidad, aunque podría coexistir (es decir, una mujer con incontinencia urinaria puede tener eyaculaciones muy abundantes, pero no todas las que tienen incontinencia las tienen). La incontinencia urinaria se produce sobretodo cuando los músculos del suelo pélvico han perdido su fuerza, por lo que la mujer que sufre incontinencia urinaria tendrá pérdidas de orina en más ocasiones, a parte de en el sexo.
6. La mujer que eyacula mucho tiene orgasmos más potentes y disfruta más del sexo
No tiene porqué. Es cierto que las mujeres que eyaculan mucho y que se han sobrepuesto a los sentimientos de incertidumbre y/o vergüenza iniciales explican que la sensación que acompaña a la eyaculación es una sensación indescriptiblemente placentera, pero no la podemos diferenciar, de una manera objetiva, de cualquiera de los orgasmos que tenga otra mujer en cualquier otra ocasión.
Dicho de otra manera, la mujer que aprende a disfrutar de sus eyaculaciones es una mujer sexualmente liberada, que disfruta de su cuerpo y, por lo tanto, será una mujer que disfrutará de una muy buena salud sexual. Pero eso no quiere decir que las mujeres que no tengan una eyaculación tan abundante disfruten menos. Cada cuerpo, cada mujer, cada sexo disfruta de manera diferente.
Es necesario seguir investigando
Cabe decir que las investigaciones científicas en este campo son relativamente recientes y que aún no hay un gran consenso entre los diferentes profesionales que se dedican a la investigación de la «verdadera eyaculación femenina», así que para algunos de los mitos me he basado en la reseña científica más reciente que he encontrado y que me ha parecido más fiable: un artículo muy recomendable de Pere Estupinyà.
¿Te gustaría saber más? Ponte en contacto conmigo y resolveremos las dudas, los miedos, las preocupaciones o las vergüenzas que puedas sentir alrededor de este tema.