¿Me masturbo demasiado?
«¿Si me masturbo mucho tendré problemas?»
«¿Masturbarme mucho puede ser perjudicial para la salud?»
«He leído que si me masturbo mucho puedo tener eyaculación precoz, ¿es cierto?»
«¿Si lo hago cada día puede ser que cuando vaya a hacer el amor no funcione?»
Todas estas, y muchas más que no recuerdo, son preguntas reales que me han hecho hombres jóvenes. Chicos con edades entre los 15 y los 25, en pleno apogeo de su sexualidad, preocupados por si desarrollan un «vicio» o por si es malo para su salud.
Vamos a ir un poco por partes, pero, básicamente, y por si no tienes ganas de leer más, la respuesta rápida y fácil es: mastúrbate tanto como quieras, sin que se convierta en una obsesión.
¿Cuánto es «mucho»?
¿Es «mucho» masturbarse una vez al día? ¿Una vez cada dos días? ¿Cuatro veces cada sábado? ¿Cinco veces en un fin de semana?
Nadie sabe qué es «mucho», en estos términos. Es decir, lo primero que debes hacer es dejar de compararte. No importa cuánto se masturben tus amigos (o cuánto farden de ello, más bien), si a tí te apetece hacerlo una vez por semana, fantástico. Si te apetece hacerlo una vez al día, pues igual de fantástico. Y si lo haces tres veces en dos días y luego estás una semana sin hacerlo, o dos, o las que te apetezca, pues maravilloso.
De verdad, no hay una cantidad mínima ni máxima para masturbarse.
¡Ah! Y, por supuesto, olvidáos de todas aquellas historias de terror que os explicaron: ni os vais a quedar calvos, ni os van a salir pelos en las manos, ni os van a salir granos en la cara. Está científicamente demostrado que masturbarse es bueno para el organismo y para la mente (siempre y cuando se haga de forma libre y escogida).
Si me masturbo demasiado, ¿puedo hacerme adicto?
Este es uno de los temores principales de los chicos «hacerse adicto a la masturbación». Veréis, en realidad, como todas las cosas que uno hace y que proporcionan placer, la masturbación puede crear adicción, sí. Pero si te gusta mucho masturbarte, no quiere decir que seas adicto.
Al hilo de lo que decía en «¿cuánto es mucho?», consideraríamos que «masturbarse mucho» es cuando la persona no puede evitar hacerlo o cuando le provoca problemas laborales, sociales o escolares.
Me explico. Si cada día te masturbas cuatro veces, por ejemplo, pero sales con tus amigos, puedes rendir bien en el trabajo o en la escuela/universidad, no hay problema, en principio.
El problema aparece cuando dejas de hacer cosas porque quieres masturbarte. Es decir, si dejas de quedar con tus amigos, de ir al instituto o a la universidad, de ir a trabajar, para poderte quedar en casa masturbándote, tienes un problema. Si no eres capaz de hacer nada más cuando estás solo en tu habitación porque el simple hecho de no estar masturbándote te provoca ansiedad, te hace sentir incómodo, tienes un problema.
Por otro lado, si la masturbación está haciendo que te duelan los músculos de los brazos, que se te irrite la palma de la mano o que sientas dolor o picazón en el pene, definitivamente tienes un problema. Quizá no es un problema de cantidad, en este caso, quizá es un problema de intensidad. En cualquier caso, en estos casos sí hablaríamos de adicción a la mastrubación o de problemas con la masturbación.
Soy adicto a la masturbación, ¿qué hago para curarme?
Bien, el primer paso es haber identificado la adicción. Por supuesto, la respuesta fácil sería: «deja de hacerlo». Pero si lo has probado alguna vez sabrás que, ni de lejos, es tan sencillo.
Si te sientes mal por todas las veces que te masturbas, o por cómo lo haces, es importante que acudas a un experto en terapia sexual para que pueda ayudarte.
En consulta hablaremos de tu dinámica de masturbación, investigaremos por qué, en tu caso, ha pasado de ser una cosa simplemente placentera a ser una obsesión sin la que prácticamente no puedes vivir. Y a partir de esa información iniciaremos un recorrido terapéutico para ayudarte a tener control sobre la masturbación (que no quiere decir que, de repente, vayas a tener que dejar de masturbarte para siempre).
Es un trabajo duro, como el que se realiza con cualquier adicción, con el agravante de que, en este caso, el objeto de adicción no es aislable (quiero decir, si soy adicta a las tragaperras es «relativamente fácil» mantenerme físicamente alejada de ellas, pero en el caso de la masturbación, no puedo alejarme físicamente del pene).
Es importante, pues, empezar a trabajar cuanto antes. Si quieres, puedes concertar conmigo una primera visita a través de este formulario. Estaré encantada de contestar a tus preguntas y de ayudarte a superar tu adicción a la masturbación.